Chile cuenta con óptimas condiciones climatológicas para la producción de este alimento, y ha sido calificada por la comunidad europea junto con Argentina y Perú, como región apta.
La alta demanda insatisfecha crea perspectivas inmejorables para su desarrollo.
La ventaja que supone producir en contra estación es invalorable, pone a Chile en situación de privilegio, y si ofrecemos productos de calidad en volumen acorde con las exigencias del mercado, la posibilidad de la helicicultura como actividad rentable de desarrollo sostenido en nuestro país puede convertirse en un hecho. Dicen que la cotización del caracol incrementa de año en año, señal clara de un constante y creciente mercado. Será fundamental, para quienes incursionen en la actividad, desarrollar técnicas precisas en el control de calidad y prácticas de manejo de nivel profesional para tener acceso, ganar y mantener un lugar en el mercado internacional.
Debido a la difusión de esta actividad como una alternativa productiva rentable, se ha generado un creciente interés en los últimos dos años, motivando la incursión de innumerables emprendedores que, en la mayoría de los casos, se encuentran en etapa experimental.
Por ser un rubro desconocido la información disponible es poca, poco clara y no de fácil acceso. Con respecto a reglamentaciones y normativas, (casi inexistentes), lo poco que se obtiene está incompleto o no es fácil de entender para quien, (como la mayoría de los potenciales helicicultores), no tenemos experiencia ni conocimientos.
Lamentablemente se ha dado la aparición de algunas personas que se presentan como conocedoras del tema dictando charlas y vendiendo cursos, ofreciendo apoyo técnico de difícil concreción, y cuyos conocimientos no van más allá de lo que se puede obtener consultando un buen libro sobre la especialidad.
No pongo en tela de jucio los conocimientos que puedan posee estos señores, pero sí el lucrar con un tema desconocido que recién está en desarrollo. En todo caso habría que preguntarles cuánto han criado y cuánto han vendido.
No existen estudios profundos sobre la situación de la helicicultura en Argentina. Se sabe de algunas empresas y de intentos individuales, pero en general aun no habrían llegado a completar la etapa para iniciar el período de reproducción, (de hecho, no se ha exportado caracol de criadero según datos de aduana). La mayor parte, sino toda, del volumen de individuos necesarios para el inicio, ha sido obtenida de caracoles de recolección, que si bien son necesarios para formar el plantel inicial, no es aconsejable utilizarlos para la producción en masa, puesto que promueve la introducción al recinto de cría, de entes desconocidos (parásitos, bacterias, hongos, etc.), pudiendo perjudicar la productividad, causar mortandad, provocar el nacimiento de individuos defectuosos, etc., lo que determinaría el atraso de la producción, gastos no previstos, pérdida de inversión, o el posible rechazo del producto terminado por parte del comprador, con el consiguiente perjuicio para el producto Argentino, poniendo en peligro la continuidad de los emprendimientos.
La comercializaciónSi bien es cierto que existen demanda y precios sostenidos, y que los márgenes de rentabilidad prometen ser sustanciosos, iniciarse en el negocio del caracol trae aparejadas muchas complejidades. Podemos asumir que el proceso de cría / venta se desarrolla a través de tres etapas:
La alta demanda insatisfecha crea perspectivas inmejorables para su desarrollo.
La ventaja que supone producir en contra estación es invalorable, pone a Chile en situación de privilegio, y si ofrecemos productos de calidad en volumen acorde con las exigencias del mercado, la posibilidad de la helicicultura como actividad rentable de desarrollo sostenido en nuestro país puede convertirse en un hecho. Dicen que la cotización del caracol incrementa de año en año, señal clara de un constante y creciente mercado. Será fundamental, para quienes incursionen en la actividad, desarrollar técnicas precisas en el control de calidad y prácticas de manejo de nivel profesional para tener acceso, ganar y mantener un lugar en el mercado internacional.
Debido a la difusión de esta actividad como una alternativa productiva rentable, se ha generado un creciente interés en los últimos dos años, motivando la incursión de innumerables emprendedores que, en la mayoría de los casos, se encuentran en etapa experimental.
Por ser un rubro desconocido la información disponible es poca, poco clara y no de fácil acceso. Con respecto a reglamentaciones y normativas, (casi inexistentes), lo poco que se obtiene está incompleto o no es fácil de entender para quien, (como la mayoría de los potenciales helicicultores), no tenemos experiencia ni conocimientos.
Lamentablemente se ha dado la aparición de algunas personas que se presentan como conocedoras del tema dictando charlas y vendiendo cursos, ofreciendo apoyo técnico de difícil concreción, y cuyos conocimientos no van más allá de lo que se puede obtener consultando un buen libro sobre la especialidad.
No pongo en tela de jucio los conocimientos que puedan posee estos señores, pero sí el lucrar con un tema desconocido que recién está en desarrollo. En todo caso habría que preguntarles cuánto han criado y cuánto han vendido.
No existen estudios profundos sobre la situación de la helicicultura en Argentina. Se sabe de algunas empresas y de intentos individuales, pero en general aun no habrían llegado a completar la etapa para iniciar el período de reproducción, (de hecho, no se ha exportado caracol de criadero según datos de aduana). La mayor parte, sino toda, del volumen de individuos necesarios para el inicio, ha sido obtenida de caracoles de recolección, que si bien son necesarios para formar el plantel inicial, no es aconsejable utilizarlos para la producción en masa, puesto que promueve la introducción al recinto de cría, de entes desconocidos (parásitos, bacterias, hongos, etc.), pudiendo perjudicar la productividad, causar mortandad, provocar el nacimiento de individuos defectuosos, etc., lo que determinaría el atraso de la producción, gastos no previstos, pérdida de inversión, o el posible rechazo del producto terminado por parte del comprador, con el consiguiente perjuicio para el producto Argentino, poniendo en peligro la continuidad de los emprendimientos.
La comercializaciónSi bien es cierto que existen demanda y precios sostenidos, y que los márgenes de rentabilidad prometen ser sustanciosos, iniciarse en el negocio del caracol trae aparejadas muchas complejidades. Podemos asumir que el proceso de cría / venta se desarrolla a través de tres etapas:
1. El producto. El caracol obtenido por recoleción o cría.
2. Su preparación para la venta. (selección, purgado, calibrado, limpieza, embolsado, rotulado, transporte, etc.).
3. La venta. Contactos con compradores, pactar precios y formas de pago, contratos, gestiones bancarias, cartas de crédito, gestiones de exportación, discusión de las formas de pago (CIF o FOB), etc.
La concreción de las etapas mencionadas exigirá:
1º. Los conocimientos. Es condición ineludible adquirir los conocimientos sobre cría, y gestión comercial. Será necesario hacer una análisis que permita conocer si existe oportunidad de llevarlo a cabo y la posible rentabilidad del mismo.
2º. Inversión. Implementos y facilidades.
3º. Gastos. Inscripción y registros: municipales, provinciales y nacionales de rigor.
4º. Infraestructura. Es necesario, según el sistema de cría elegido, crear o acondicionar estructuras que permitan desarrollar una crianza profesional.
5º. Capital de trabajo. En dos etapas: 1- solventar el alimento de los caracoles y los gastos de climatización y/o mantenimiento de instalaciones; 2- comprar los materiales de empaque y financiar todas las operaciones hasta lograr el cobro por la venta. Los porcentajes de retención aduanera son exigidos por adelantado, antes de cobrar el producido de la venta.
6º. Mano de obra. Si bien las tareas no requieren de grandes esfuerzos físicos, demanda una determinada cantidad de horas de atención para
a) En el proceso neto de cría: limpieza, inspección y alimentación, detección y atención de las posturas, incubación y nacimientos. Control sanitario.
b) Control de calidad, selección, calibrado, purgado, limpieza, embolsado, rotulado.
c) Gestión comercial.
Los sistemas de cría
1. Criadero abierto, o Cría extensiva, o Ciclo biológico completo, o Criadero "ecológico"
De todos es el proceso más largo. Según las características climáticas de Argentina, y según las zonas, esta modalidad se adaptaría bien, es de un costo no muy elevado y no presentaría grandes dificultades de manejo.
Requiere de una extensión de tierra de por lo menos una hectárea para que sea rentable. Se divide en sectores de 3 o 4 metros de ancho por 70 o 90 de largo limitados por un cerco de red especial, (la que se puede suplantar con malla media sombra y un poco de ingenio), necesita irrigación por aspersión en toda la superficie, hileras de cultivo que cumplan la función de resguardo y alimento (lechuga ,repollo, acelga, espinaca, etc), protección solar y espacio para circular.
2. Sistema mixto de cría
Quizás es el más adecuado para iniciarse, dado que permite acotar la producción según las necesidades de avance. Una fase del proceso productivo se desarrolla en ambiente controlado y las restantes al aire libre o en invernaderos. Se logra un mejor control de las posturas y crías y facilita el proceso de selección.
3. Sistema cría Intensiva
Toda la actividad se desarrolla en locales cerrados utilizando mesas de cría con planos verticales o en jaulas de similares características, dependiendo de la disponibilidad e ingenio del productor. Este sistema permite tener grandes poblaciones en espacios reducidos. El ambiente de estos locales deberá tener un control de temperatura 15º C / 20º C, y humedad 65% / 90% con un fotoperíodo de 12 o más horas luz y 12 horas oscuridad con lo que se puede alcanzar el clima ideal para la reproducción continua.
Se debe ejercer un estricto control de la higiene, alimentación, temperatura y humedad, y mantener ajustadas medidas de profilaxis.
Este sistema es el que más rendimiento produce por metro cuadrado de criadero, además de permitir su instalación en regiones con condiciones climáticas adversas.
Requiere de una acabada y profesional organización, mayor horas/hombre que los otros sistemas y fundamentalmente de un período previo de experimentación e investigación, y de ser posible, guiados y asesorados por profesionales responsables.
Cómo iniciarse
Iniciarse en una actividad rentable requiere exaustivos procesos de análisis de cada uno de los aspectos que comprende dicha actividad. Para ello es menester conocer todos y cada uno de dichos aspectos, teniendo en cuenta que:
• Se debe poder producir y vender lo necesario para cubrir los costos fijos y variables, incluyendo el retiro como dueño o como jornal.
• Para ello se debe tener todo el equipo necesario, prever la compra de lo faltante, y contar con la mano de obra necesaria y capacitada para su funcionamiento.
• Se deben conocer los costos que ocasionará la venta de la producción.
• Si no se puede producir o vender la cantidad necesaria para cubrir los costos, se deberá estudiar exhaustivamente como bajarlos sin perder calidad. Como última medida se debe acudir a un crédito.
La importancia de un plan de negocios
Es como preparar un terreno para hacer una casa.
Un plan de negocios es un documento cuidadosamente elaborado, que explica claramente el tipo de actividad elegida, los objetivos o metas, y las acciones o trabajos que debemos realizar para concretarlo. En definitiva, un plan de negocios es como el mapa que guía al explorador, permite que el empresario avance a través de un proceso de decisiones y alternativas que evitarán tomar caminos equivocados que pueden hacerlo desistir de sus propósitos. Sirve como documento de consulta para comparar si va por buen camino, si las metas se cumplen y como base para una futura ampliación. Si tenemos necesidad de solicitar créditos, un plan de negocios profundo, claro y conciso, convencerá a los prestadores de dinero que sabemos lo que queremos y conocemos el negocio que pretendemos poner.
Qué queremos hacer, cómo lo vamos a hacer y cómo lo venderemos
• Qué quiero hacer - Identificación del producto
Es el momento de tomar papel y lápiz y empezar a detallar por escrito todo lo que queremos hacer, utilizando los conocimientos y herramientas que poseemos. Este proceso estimula la inteligencia, y nos predispone a pensar en cosas concretas sobre el negocio.
Comenzamos a definir la imagen del producto y nos vamos dando cuenta, lentamente, que hay cosas que debemos aprender, tareas a realizar que nunca antes habíamos hecho, y la idea que creíamos clara empieza a cambiar, a enriquecerse, surgen nuevas ideas y tomamos una visión diferente de nuestro proyecto. Dado que los distintos métodos de cría (a ciclo biológico completo, mixto e intensivo) tienen distintos rindes y distintos costos de producción, el costo por kilo producido variará de método en método.Además, aun dentro de cada método, los productores tendrán distintos costos finales, en función de la absorción de sus diferentes costos fijos. ej., un productor exclusivamente helicícola que absorve todos sus gastos fijos con la producción de caracoles, y otro que aún teniendo más gastos fijos, pudiera producir en el mismo establecimiento miel, y “falso azafrán” y absorbiera los gastos fijos con estos tres productos, podría el último tener menores costos que el primero).Como los precios en el mercado son iguales para todos los productores y no contemplan las particularidades de costos de cada uno, los productores que menores costos tengan, serán los que más ganen.Por ello, a la hora de elegir el sistema de cría a utilizar y la estructura necesaria para explotarlo, debería ser fundamental UN EXHAUSTIVO ANALISIS DE COSTOS, que es la única “variable controlable” para el productor.
Es el productor quien debe adecuarse al mercado y no a la inversa, y el negocio será más rentable para aquel que tenga los menores costos y mejor se adapte al mercado”.
Prioridades
Es necesario actuar rápidamente implementando medidas de control y regulación en pos de lograr emprendimientos sólidos con perspectivas reales de ponerse en marcha, consolidarse y crecer. Esta naciente y prometedora actividad, todavía muy frágil, puede tener idéntico fin al de otras que en su momento tuvieron mucho auge, como las cabañas de conejo y chinchillas, por nombrar algunas.
Su evidente potencial económico y las excelentes posibilidades de desarrollo en nuestra región, dado las favorables condiciones climatológicas y a haber sido declarada viable con respecto a la contaminación ambiental, hace imprescindible la intervención de un organismo que promocione, incentive y regule la crianza comercial de caracoles, seriamente y con sentido de la responsabilidad, con el fin de desarrollar la actividad, la que una vez organizada y ordenada orientará sus esfuerzos a obtener un estándar de calidad que permita lograr la imposición del producto a precios competitivos, lo que conllevará a un posicionamiento en el mercado mundial.
La importancia de esta actividad a nivel del comercio internacional y el potencial que representa la futura apertura del mercado interno, (hoy casi inexistente con sus 400 toneladas anuales), exige de los potenciales criadores desarrollar un nivel profesional en cuanto a la metodología a aplicar.
Es primordial que los futuros helicicultores sean guiados con sentido común, mediante la intervención de organismos que cuenten con el apoyo del INTA, conformado por los propios actores, el que deberá investigar y proveer asesoramiento y apoyo técnico profesional para lograr una adecuada y uniforme calidad del producto final.
El futuro productor debe, como primera medida, entender y aceptar los beneficios del trabajo asociativo, entender y aceptar que compartirá con otros un objetivo en común. Deberán organizarse conformando Asociaciones Regionales de Productores que los represente ante Asociaciones Nacionales, entidades oficiales, proveedores de insumos, importadores, frigoríficos, industrias procesadoras, etc.; que se transforme en la raíz del desarrollo en comunidad de cada uno de sus integrantes. Dicho organismo deberá hacerse cargo de incentivar la propuesta de alternativas que promuevan la generación de valor agregado para el producto, promover la constante investigación para optimizar los índices de calidad, y realizar los estudios económicos en pos de la viabilidad para la construcción de plantas de procesamiento.
El emprendimiento
La situación imperante en nuestro País hace que los lógicos inconvenientes financieros para el comienzo de cualquier emprendimiento, sean aún mayores.
Una de las ventajas de la helicicultura (como emprendimiento) es que permite al emprendedor utilizar su caudal de fortalezas: ingenio, creatividad, capacidad de trabajo, compromiso con su empresa, etc. Otra ventaja es la oportunidad, se presenta como una alternativa rentable con proyección de futuro en un momento donde todo parece ser negativo.
Generalmente el emprendedor adolece de capacidad organizativa en los comienzos. Es una de las debilidades más marcadas de los emprendimientos y suele terminar con el fracaso anticipado de la actividad. Esta deficiencia organizativa no permite obtener costos adecuados de la producción y los gastos operativos se hacen altos, impide implementar un proceso de control confiable, que proporcione garantía de calidad uniforme, volumen y frecuencia de entrega del producto al comprador, quien exige grandes volúmenes y puntualidad en la entrega.
La proliferación de criaderos aislados, el desconocimiento entre pares, la desorganización, el desconocimiento general, la información dispersa, escasa, inexacta, la intervención de inescrupulosos vendiendo cursos con la promesa de hacerse rico en pocos meses y la indiferencia del Estado se presentan como una amenaza, haciendo temer consecuencias funestas, similares a las de otras actividades que en su momento fueron propuestas como "incomparables" salidas económicas y en el presente casi han desaparecido. Las asociaciones regionales son un paso indispensable si queremos lograr el éxito.
Fuente: Zoetecnocampo
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